Yucatán: Kambul, ave que alerta sobre la presencia de jaguares
La selva maya alberga un ave de gran tamaño la cual, al avistarse, indica que el monte goza de buena salud; y alerta sobre la presencia de jaguares. Se trata del hocofaisán (Crax rubra) perteneciente al orden de las aves galliformes. Su nombre común es pavón o pavo negro; y en las comunidades mayas se le conoce como kambul.
Se trata de una de las pocas de las aves terrestres que habitan las selvas tropicales de la península yucateca, esto significa que no vuela; pero sí puede saltar y trepar árboles mientras se equilibra apoyada por sus alas. Esta característica la convierte en presa fácil para dicho felino.
“La mayor parte de su vida y sus actividades las realiza a nivel del piso”, explicó Gilberto González Kuk, técnico del programa de Aves Urbanas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Se le considera un ave grande que puede llegar a medir de 80 a 90 centímetros (cm) de largo de pico a cola; y las hembras suelen ser un poco más pequeñas, de 70 a 80 cm. Los hocofaisanes, dijo, comúnmente se confunden con pavos domésticos a razón de su tamaño.
Otra de sus características es que presentan dimorfismo sexual, es decir, presentan variaciones morfológicas debido a una presión selectiva actuando de diferente manera en cada sexo. Esta especie puede poner de dos a tres huevos.
“Los machos son totalmente negros, tienen un vientre blanco y cuando están en una etapa más desarrollada les sale una protuberancia amarilla en el pico. Las hembras suelen tener una coloración marrón, aunque para ambos casos pueden presentar características de acuerdo al ecosistema en el que se encuentren”.
La distribución del kambul, detalló el experto en aves, es amplia: Puede hallarse en gran parte de México y Centroamérica. Habitan principalmente selvas tropicales; y en la península se les puede avistar en donde persisten remanentes de vegetación abundante.
“Hablamos, por ejemplo, de áreas naturales protegidas; comunidades o ejidos con zonas muy conservadas. También ya se pueden encontrar en criaderos o Unidades de Manejo Ambiental (UMA)”, precisó.
Ave codiciada
En ese sentido, expuso González Kuk, son aves de consumo: “Culturalmente las comunidades la cazan para su autoconsumo; los mayas la siguen cazando para fiestas familiares u otro tipo de celebraciones. La cocinan como si fuera un pavo doméstico”, comentó.
Esto, prosiguió, ha originado ciertos procesos legales que han derivado en la expedición de permisos internacionales para la comercialización del hocofaisán, que incluso puede ser usada como especie de ornato de cumplir con los estándares legales.
Esto, aclaró, no significa que no se encuentre en alguna categoría de riesgo. En la NOM-059 de la Semarnat está catalogada como especie amenazada; y en la de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza está categorizada como vulnerable.
“Por eso se está tratando de reproducirla en cautiverio, para poder regularizar este tipo de caza ilegal. No es lo mismo que a esta especie la cace una familia para autoconsumo a que la cace un grupo para venderlas a cadenas hoteleras, por ejemplo”, reiteró.
Amenazas y servicios ambientales
Al igual que muchas otras aves, los hocofaisanes están amenazados por la pérdida de su hábitat, derivada de factores como la deforestación, incendios forestales, la expansión de poblaciones y prácticas agropecuarias nocivas.
El hocofaisán funge como un termómetro de la salud medioambiental de su hábitat. Biológicamente, señaló Gilberto González, es un bioindicador de ecosistemas conservados.
“Cuando uno la encuentra en vida silvestre -lo que es complicado, porque es un ave tímida y escurridiza- significa que el ecosistema está en un estado óptimo de conservación, bien cuidado y protegido, independientemente de que sean áreas protegidas; o ejidos”.
Además de eso, sostuvo, forma parte de una cadena trófica, es decir, en donde se encuentra esta ave hay muchas posibilidades de que también puedan encontrarse jaguares, pues es su principal depredador.
“Como es un ave terrestre, el jaguar la busca, porque para él son más complicadas las aves que vuelan, ya que se la pasan en los árboles; y para no gastar tanta energía, las busca en el suelo para atraparlas”, expresó.
Gracias a su alimentación, el hocofaisán permite mermar poblaciones de insectos; y otra de sus funciones importantes es la de dispersar semillas, pues se alimentan de las de zapote, tauch y otros árboles frutales.