noviembre 15, 2024

Yucatán: comunidades golpeadas por alcoholismo, venta de enervantes y violencia en el hogar

Alcoholismo, narcomenudeo y la normalización de la violencia al interior del hogar son algunas de las problemáticas que se registran en las comunidades yucatecas, donde hay una evidente descomposición del tejido social, fueron algunos de los resultados que arrojó el estudio del programa Buen Convivir en Yucatán.

Este estudio fue realizado en la entidad entre abril y agosto de este año por el Centro de Investigación y Acción Social Jesuitas por la Paz, y que fueron presentados ayer en la Universidad Marista.

José Ricardo Marchand Aguilar, líder del programa en Yucatán, tuvo a su cargo la exposición de los resultados obtenidos en la colonia Vicente Guerrero, las parroquias de Santa Cruz de Mérida y Cristo de amor en Kinchil y la Pastoral Penitenciaria San Maximiliano Kolbe.

Planeación para reconstruir el tejido social

El Centro de Investigación y Acción Social (CIAS POR LA PAZ A.C.) fue fundado en agosto de 2015 a partir de la apuesta de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús por promover un programa que contribuya al tema de Paz desde la Planeación Apostólica (2011-2020).

Estos 5 años de camino que ha recorrido la institución ha comprendido el acompañamiento a varios proyectos territoriales a través del Programa de Reconstrucción del Tejido Social, muchas experiencias, capacitación y en formación, investigaciones que han permitido profundizar en la comprensión de las dinámicas que afectan al tejido social en México.

El Centro de Investigación y Acción Social, que a nivel nacional encabeza Gilberto Lenin Torre Lázaro, ha implementado este programa, cuyo objetivo es capacitar, reforzar y acompañar a agentes clave a nivel territorial para el desarrollo de metodologías, herramientas y proyectos para el buen convivir, así como instalar comunidades del Buen Convivir, que permitan incidir en el tejido social en sus espacios de acción.

Alertas por tejido social. Jesuitas. Universidad Marista

A esta presentación asistieron el rector de la Universidad Marista, MI Ermilo José Echeverría Castellanos, en su calidad de anfitrión del evento; el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega; el director nacional del CIASGilberto Torre Lázaro; la síndico del ayuntamiento de Progreso, Patricia Rosales González; a nombre de la Unión Social de Empresarios Mexicanos (USEM), José Manuel Sánchez González; el Pbro. Eugenio Gómez Díaz-Barriga, superior de la comunidad jesuita en Yucatán, y el coordinador diocesano de la pastoral social, Pbro. Raúl Lugo Rodríguez.

¿Por qué ocurre la descomposición del tejido social?

Según se explicó en esta reunión, la descomposición del tejido social en México es la suma de diversos factores que inciden en mayor o menor medida en las comunidades. En algunas el deterioro es muy serio y en otras, como en Yucatán, la situación es preocupante pero no alcanza los niveles a los que la violencia ha escalado en otras entidades, “lo cual es alentador porque posibilita una mejor recuperación de la convivencia y el equilibro social”.

Se señaló que un factor que ha sido clave en la escalada de violencia y descomposición del tejido social en el país ha sido la confabulación con que actúan algunas autoridades y el crimen organizado en perjuicio de la sociedad.

En este sentido, los involucrados en esta estrategia que busca revertir estos índices de violencia hablan de una confabulación positiva que debe existir entre ayuntamientos, policías municipales, universidades, empresas y la propia iglesia para alcanzar el objetivo que persigue Buen convivir en Yucatán.

¿Cuándo inició el programa Buen convivir en Yucatán?

El director nacional del CIAS, Gilberto Torre Lázaro, informó que el programa Buen Convivir en Yucatán comenzó en abril pasado con la etapa de investigación y diagnóstico de las problemáticas que aquejan a tres colonias de igual número de municipios de Yucatán (MéridaProgreso Kinchil) y aquellas que se suscitan al interior de los centros de reinserción social, en los cuales tiene presencia la pastoral penitenciaria.

El objetivo fue establecer necesidades, problemáticas, recursos e identidades en cada una de las comunidades.

“Así como es fundamental un aceramiento con las comunidades, conversar, dialogar y conocer para poder diagnosticar, así de importante será la participación de la propia comunidad en el proceso de recuperación del buen convivir”.— Emanuel Rincón Becerra

“Ellos serán los propios artífices de los cambios y las acciones a implementar en una nueva etapa para abordar las problemáticas pre existentes y que trastocan la sana convivencia de las personas”, dijo.

“Las buenas prácticas que mantienen el tejido social son tarea de todos”, acotó

En breve la Universidad Marista lanzará una convocatoria para la realización de un diplomado que versará sobre las acciones y estrategias para atender las problemáticas sociales al interior de las comunidades que generan violencia.

Yucatán sufre alcoholismo, narcomenudeo y normalización de violencia en el hogar

A groso modo, en el informe de los resultados del análisis y diagnóstico de los últimos cuatro meses, exceptuando la pastoral penitenciaria cuya problemática es muy particular y específica, las principales problemáticas que son recurrentes en las tres colonias estudiadas son el alcoholismo, el narcomenudeo y la normalización de la violencia intrafamiliar.

Según se explicó, las comunidades pueden tener problemáticas muy particulares que inciden directamente en el deterioro del tejido social, pero las constantes son el alcoholismo, narco menudeo y normalización de la violencia.

La estrategia ahora que se conoce esta realidad es trabajar de manera conjunta con los ayuntamientos, las policías municipales, la Universidad Marista, empresariado e iglesia, con estrategias para sentar las bases de una transformación y la generación de agentes de cambio que se encarguen de implementar dichas acciones, porque de lo que se trata es que la propia comunidad asuma su compromiso. De otro modo la estrategia no funcionará.