noviembre 15, 2024

Yucatán: Aumentan los ataques de perros a personas

La cantidad de personas atacadas por perros va en aumento en Yucatán, pues del 1 de enero al 3 de septiembre de este año 1,667 habitantes sufrieron mordeduras de canes, más que los 1,640 vecinos que fueron agredidos en el mismo lapso de 2021.

Los canes atacan por igual a hombres y mujeres en la entidad, según la Secretaría de Salud federal (SSA). En su reciente boletín semanal, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la SSA precisa que 836 varones y 831 mujeres fueron mordidos por perros en Yucatán del 1 de enero al 3 de septiembre de 2022.

Los reportes epidemiológicos anuales, a su vez, indican que en Yucatán 3,661 personas fueron mordidas por perros en 2019 y la cifra bajó a 2,109 víctimas en 2020, cuando la mayoría de la gente se aisló en sus casas por la pandemia del Covid-19.

Sin embargo, en 2021 aumentaron los ataques caninos en Yucatán, pues el año cerró con 2,341 personas mordidas por perros.

Cuando quedan tres meses de 2022, la entidad está a solo 674 casos de igualar la cifra del año 2021. Es prácticamente seguro que este año habrá más víctimas que en 2021, pues a la semana al menos 50 personas sufren mordeduras de perros en tierras yucatecas.

Cada semana, entre 50 y 70 personas sufren mordeduras de perros, o sea, unos siete yucatecos al día, según los últimos cinco reportes semanales de la SSA.

Del 31 de julio al 6 de agosto, 67 yucatecos fueron mordidos por perros; del 7 al 13 de agosto, 73 personas; del 14 al 20, 62 vecinos; del 21 al 27, 56 habitantes, y del 28 de agosto al 3 de septiembre, 59 personas.

Hoy lunes se publicaron las cifras de la semana del 4 al 10 de septiembre. Pero no incluyeron el caso del niño al que un perro mascota le arrancó una oreja el 21 de septiembre en una tienda de Cansahcab ni el de la niña mordida por un can mascota el viernes 23 en una acera de Tizimín.

En este contexto hoy se inició la vacunación antirrábica de mascotas en Yucatán, una inmunización que es importante porque reduce el peligro de exponer a la propia familia y a las demás personas a la rabia en el caso de que alguien sufra una mordedura de la mascota.