Y, ¿qué se puede pagar con bitcoins en El Salvador?
Todo. O bueno… casi todo, exceptuando a quienes de manera evidente “no tengan acceso a la tecnología” que permite ejecutar las transacciones, sin embargo, todo agente económico deberá aceptar al bitcoin como forma de pago por quien adquiera un bien o servicio.
La Nueva Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el partido Nuevas Ideas del presidente Nayib Bukele, aprobó este martes la Ley Bitcoin, que convierte a este pequeño país centroamericano en el primero en el mundo en adoptar la criptomoneda como moneda de curso legal.
De acuerdo con el decreto, la ley tiene como objeto la regulación del bitcoin para su uso ilimitado:
– En cualquier transacción
– A cualquier título que la personas naturales o jurídicas públicas, o privadas requieran realizar
El Estado salvadoreño garantizará a través de la creación de un fideicomiso en el Banco de Desarrollo de El Salvador (BANDESAL) el cambio automático e instantáneo del bitcoin a dólar.
El tipo de cambio entre el bitcoin y el dólar será establecido libremente por el mercado y todo precio “podrá ser expresado en bitcoin”, según la ley, que obliga a todo agente económico a aceptar la criptomoneda.
Lo anterior también hace referencia a que las mismas contribuciones tributarias podrán ser pagadas en bitcoin.
El mandatario agregó que la norma traerá inclusión financiera, inversión, turismo, innovación y desarrollo económico. “Que nadie nos diga que somos muy pequeños para ser grandes”, afirmó.
El crear una infraestructura financiera moderna basada en el bitcoin, dijo, generará empleos a un corto plazo.
“El Salvador, como muchos países latinoamericanos, paga tarifas significativas con transferencias internacionales, por lo que la adopción de criptos no debería ser una sorpresa”, dijo Edward Moya, analista senior de mercado para las Américas en Oanda.
En tanto, el profesor de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), Carlos Carcach dijo a The Associated Press que al igual que cualquier moneda, su papel es facilitar las transacciones, la compraventa de servicios y que “mientras haya alguien que acepte el pago con bitcoin, al igual que acepta dólares, no habría problemas”.
Para Carcach, el problema es invertir en el bitcoin, porque “se está sujeto a la volatilidad externa que presenta y se corre el riesgo de convertirse en alguien rico y al día siguiente ser pobre”.
Fuente: El Financiero