Tabasco: de Edén a Infierno
A tan sólo unas calles del sitio donde se construye la Refinería de Dos Bocas, vive José Luis, un querido amigo que saludé esta semana mientras recorría Paraíso, un municipio que, contrario a lo que sugiere su nombre, está completamente en ruinas debido al abandono y la indiferencia del Gobierno. La constante en Tabasco es la falta de servicios públicos: centros de salud sin doctores ni medicinas, alumbrado público sin luminarias, un sistema de drenaje tan deteriorado que pone en riesgo la salud de los vecinos, y calles hechas pedazos que han perjudicado a cientos de comercios que a penas empezaban a reactivarse. Hoy, el reclamo de José Luis lo escucho en las voces de miles de mis paisanos, lo veo en un Tabasco que ha pasado de ser un Edén a un infierno, pero, sobre todo, lo siento en la responsabilidad de ser la única Diputada Federal de oposición en la tierra del Presidente de la República.
Tabasco no va bien, esa es la triste realidad. Elección tras elección nuestra esperanza sigue siendo que gente comprometida y con un profundo amor a nuestro Estado haga los cambios que verdaderamente se necesitan en materia de salud, economía y servicios básicos. El hartazgo se ha apoderado de la ciudadanía y hoy la gente está molesta con las autoridades que han llegado a explotar nuestras riquezas sin la capacidad ni experiencia para administrar los recursos en favor de los ciudadanos.
Cómo economista no puedo más que remitirme a los datos.
Tabasco está entre las 10 entidades de la república con mayor desigualdad, casi 55% de la población vive en situación de pobreza y más de 12% en pobreza extrema. En materia de servicios públicos destaca que 46% sufre carencias de agua potable, drenaje y alcantarillado, muy por encima del promedio nacional, y 13% de la población no cuenta con los servicios de salud básicos. A pesar de tanta riqueza agrícola, somos el primer lugar en pobreza alimentaria de todo México, y en materia de económica, Tabasco sigue siendo la entidad con la mayor tasa de desempleo, con más del 60% de la población económicamente activa que se sigue desempeñando en el sector informal.
Ahora, ¿qué necesitamos? necesitamos recuperar nuestras calles actualizando nuestros programas de desarrollo urbano municipal, ya que la mayoría fueron elaborados hace más de 25 años. Es urgente nuevos planes con presupuestos suficientes y específicos para el ordenamiento territorial y de transporte, la pavimentación de las calles, así como la instalación de un sistema de drenaje y alcantarillado eficiente.
Por otro lado, sin salud, nada vale la pena, por eso es urgente garantizar los recursos suficientes para contar con un sistema de salud estatal articulado, preventivo y de calidad; con personal médico, medicinas y materiales suficientes e instalaciones dignas para nuestra gente.
Necesitamos impulsar el comercio, más de 90% del empleo en México es a través del autoempleo o los micro negocios, y por eso necesitamos crear institutos municipales del emprendedor que otorguen créditos simples y asequibles, así como una nueva Ley de competitividad y de ordenamiento comercial.
Hay mucho por hacer. Yo estoy convencida que para saber a dónde vas, primero tienes que saber de dónde vienes, por eso sigo recorriendo sus calles, escuchando a nuestra gente, y encontrando juntos soluciones permanentes. Tabasco es mucho más de lo que es ahora y hoy es el momento de trabajar para sanar.
FUENTES: Soraya Peréz
ECONOMISTA