Nueva York inauguró el Little Island, el nuevo parque sobre el río Hudson
Sobre 132 enormes tulipanes de cemento sostenidos por pilares a orillas del río Hudson levita «Little Island», un nuevo parque público flotante de 260 millones de dólares inaugurado este viernes en Nueva York para deleite de la población, tras más de un año de pandemia.
El original parque flotante de una hectárea, con muchos espacios verdes e inéditas vistas del sur de Manhattan y Nueva Jersey, amplía a la altura de la calle 13 el popular parque del Río Hudson, que se expande a lo largo de 6 km sobre la costa oeste de Manhattan.
Su apertura coincide con el levantamiento de la mayoría de las restricciones debido al coronavirus, el pasado miércoles, cuando más de 60 % de la población ya ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el covid.
«Estoy tan increíblemente feliz de estar aquí y de haber sobrevivido a la pandemia (…) Acá estamos celebrando lo que es Nueva York», dijo una de las primeras visitantes, Barbara Kenner, exjefa de personal de 60 años desempleada debido a la crisis de covid-19 que dejó más de 30.000 muertos en la Gran Manzana.
«No tienes que estar necesariamente en el campo para tener árboles o caminos arbolados hermosos, podemos tenerlos aquí en medio de la ciudad. Los neoyorquinos a veces damos por sentado que vivimos en la mejor ciudad del mundo. Este es como nuestro patio trasero», afirmó Kenner en este caluroso día primaveral.
Cual gigantes macetas instaladas sobre el río a diferentes alturas, cada una de una forma y tamaño particular, los tulipanes de concreto fueron rellenados con tierra.
En ellos se plantaron más de 350 especies de flores, árboles y arbustos, se instaló un anfiteatro con capacidad para acoger a casi 700 personas, otro escenario más íntimo y una gran zona de césped para tirarse a tomar sol o celebrar un picnic, así como una plaza de comidas.
El parque, un trabajo de una década a cargo del arquitecto inglés Thomas Heatherwick -también autor del mirador The Vessel en Hudson Yards-, fue financiado en su mayoría por la fundación del billonario Barry Diller y su esposa, la diseñadora de modas Diane von Furstenberg.
La paisajista y la exbailarina Signe Nielsen, dijo que su diseño se basa en una «coreografía del movimiento» debido a los diferentes niveles de elevación del lugar, con suaves colinas y giros inesperados. Asegura que el parque cambiará en cada estación y es tan disfrutable de día como de noche debido a una iluminación estratégica.
Su deseo es que los visitantes «dejen la ciudad, el tráfico, y entren a un espacio y se sorprendan». «Tengo la esperanza de que se vayan más tranquilos y felices de lo que entraron», afirmó.
Diller dijo al diario The New York Times que durante 20 años pagará los elevados costos de mantenimiento del parque, que estuvo a punto de naufragar debido a una serie de demandas judiciales hasta que el proyecto fue rescatado por el gobernador Andrew Cuomo.
Estima que al final habrá desembolsado unos 380 millones de dólares en Little Island, el mayor regalo de un particular a un parque público en la historia de la ciudad.
Little Island recibe desde este jueves a neoyorquinos y turistas con visitas gratuitas entre las 6 de la mañana y la 1 de la madrugada, pero luego de mediodía debe hacerse una reserva en línea. A partir de junio acogerá cientos de actividades culturales y educativas gratis o a bajo precio para todas las edades.
Entre los pilares que sostienen la estructura pueden verse aún varios viejos pilares de madera de lo que fue el muelle 54, preservados para mantener el hábitat de la vida marina.
Es un parque hermoso, muchas plantas maravillosas, caminos. Un lugar realmente bonito para tener un cierto alivio de la ciudad, especialmente de ‘downtown’ (la zona más al sur de Manhattan) donde no tenemos muchos espacios verdes.