noviembre 15, 2024

La isla de San Marcos, un paraíso escondido de paisajes y pesca

Enclavado a aproximadamente 45 minutos del municipio de Tonalá, Chiapas, entre las comunidades de Cabeza de Toro y Boca del Cielo (desvío carretero Tonalá-Puerto Arista), se encuentra un estero denominado Isla o Barra de San Marcos. En dicho estero convergen las aguas del mar vivo (Océano Pacífico) y el llamado mar muerto.

En este sitio viven especies de peces como mojarras, pargos, lisas, y mariscos como jaibas y camarones. Estos últimos, como parte de su ciclo de vida regresan a las aguas vivas, escape que solía ser un problema para los pescadores, lo cual fue solucionado y aprovechado a través de una compuerta.

Dicha compuerta tiene la función de evitar el aumento de nivel del mar muerto, pero principalmente dificulta que los camarones adultos caminen a la libertad, de esta forma pueden ser cosechados por los pescadores locales, quienes viven de este oficio.

Para llegar a la isla de San Marcos es necesario realizar un viaje en lancha hasta las playas del estero donde se pueden apreciar manglares y aves acuáticas que habitan en el lugar. No obstante, para mi familia y para mí es una historia distinta. Nosotros podemos llegar por tierra a través de los terrenos privados de personas conocidas.

“Me dejan las llaves en la casa cuando regresen”, suele decir el “tío”, apelativo con el que se conoce al dueño de las tierras aledañas al estero, un señor que ya cuenta con aproximadamente 70 años de edad y que por una simbólica cuota nos permite la estancia en sus terrenos, siempre y cuando no dejemos salir a sus vacas y que nos llevemos nuestros residuos al partir.

La ventaja de llegar por tierra es que se puede llevar en un vehículo lo necesario para realizar un picnic al aire libre: Garrafón lleno de agua de limón, ollas, cucharas, sal, condimentos, recipientes, cerillos, y por qué no, un asador de carnes. ¡Nada como disfrutar lo que para mí es lo mejor de la tierra y lo mejor del mar!

-Aunque he de confesar que siempre terminan olvidando los cerrillos y que mi abuela nunca olvida su rastrillo para darle una limpieza profunda al lugar-.

Hablando de comida del mar, esta debe ser fresca. Mi padre es el de los dotes para la pesca. Provisto de su atarraya, instrumento de su oficio pasado, atrapa pescados, los suficientes para que todos comamos hasta quedar saciados. -Su lema es que, aunque estén vacíos los bolsillos, si se tiene llena la panza, se es rico-. También atrapa jaibas, lo cual se convierte en una faena, pues hay que esquivar las tenazas y volverlas capturar cuando intentan huir de la olla.

Fuente: AGENCIAS