La Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes cuestiona iniciativas del gobierno federal
La Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI) expresó su extrañamiento ante, las que considera, dos recientes convocatorias del gobierno federal que no contribuyen a mejorar la situación actual de la industria dedicada al libro.
A través de un comunicado lamentó que la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México a cargo de la Estrategia Nacional de Lectura, presente como su primera gran iniciativa, con la que pretende “promover la escritura y la industria editorial mexicana”, el Premio Primera Novela 2021, “con el patrocinio de Amazon y la participación de los gobiernos de la Ciudad de México, Coahuila, Chiapas y Tabasco, y VF Agencia Literaria”.
La AEMI sostiene que la idea privilegia a “un único canal comercial, de origen extranjero y cuya actuación en diversos mercados de todo el mundo tiende a erosionar y dañar la frágil infraestructura librera. Una verdadera acción de fomento orientada a los lectores y los autores noveles, promovida desde el gobierno federal, debería tomar en cuenta al conjunto de los actores de la industria editorial y producir efectos trascendentes, más allá de entregar un sustancioso premio aportado por una empresa privada”.
Cuestionó, además, a la Secretaría de Educación Pública y su convocatoria para rediseñar los libros de texto gratuitos de educación primaria del próximo ciclo escolar, en la que se invita a “creadores visuales” a ceder gratuitamente —y sin restricción alguna— “las obras que realicen por este encargo, en franca contradicción con el principio de que toda transmisión de derechos patrimoniales de autor debe ser retribuida.
Tanto en la forma como en el fondo, la educación pública debe reconocer la aportación de artistas, artesanos, ilustradores, diseñadores gráficos, escultores, fotógrafos, grafiteros, artistas urbanos, pintores, infógrafos, cartógrafos, dibujantes y escenógrafos en la creación de todo tipo de libros; un buen modo de hacerlo es pagar a los autores una tarifa justa por su trabajo”.
Para la Alianza ambas convocatorias “revelan la ausencia de una política pública respecto del libro y la lectura en nuestro país que reconozca la difícil situación actual, agravada por la emergencia sanitaria, de los diversos eslabones de la cadena que va del autor al lector”.
En su comunicado exhorta a las autoridades a contar con “un organismo gubernamental que desarrolle programas de estímulo y fortalecimiento de la edición y el comercio del libro, y mantenga un diálogo permanente con quienes participamos en él”.
Aristegui