¿crímenes de guerra o acciones de defensa? Israel VS Hamas
Una investigación independiente es el pedido de muchos ahora que Israel y el grupo Hamas, que controla la Franja de Gaza, han alcanzado una tregua en su más reciente escalada. Pese al cese al fuego, los daños están hechos. El Ejército israelí y el movimiento islamista enfrentan acusaciones de posibles crímenes de guerra en Gaza. Las fuerzas israelíes afirman que Hamas utiliza civiles palestinos como escudos humanos, mientras organizaciones como Amnistía Internacional señalan que las autoridades del Estado judío han usado una fuerza desproporcionada.ANUNCIOS
Un enfrentamiento de décadas que en los últimos días ha pasado por uno de sus peores capítulos en años. Aunque las dos partes ostentan un conflicto histórico, el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas desde el pasado 10 de mayo a los que el Ejército israelí respondió continuamente volvieron a poner sobre la mesa los excesos bélicos en el enclave palestino.
El más reciente capítulo de confrontación añadiría nuevos elementos a la investigación que la Corte Penal Internacional de la Haya (CPI) abrió en marzo por presuntos crímenes de guerra de las dos partes del conflicto sobre territorios palestinos en la escalada de 2014. En esta ocasión, ambos bandos parecen haber repetido las tácticas.
¿Quién tiene razón? La investigación de la CPI está en curso y es difícil concluir una postura unánime de la comunidad internacional, especialmente en medio de la niebla de una guerra y de las profundas divisiones históricas.
Israel llevó a cabo cientos de ataques aéreos contra lo que asegura eran objetivos militantes en Gaza, destruyendo hogares y dañando infraestructura vital en el empobrecido territorio, que ha estado bajo un bloqueo desde que Hamas tomó el poder de facto allí en 2007, lo que hace prácticamente imposible salir del enclave.
Mientras tanto, Hamas y otros grupos militantes como la Yihad islámica dispararon más de 4.000 cohetes contra Israel, algunos de los cuales llegaron hasta zonas residenciales de Tel Aviv y otras ciudades, paralizando partes del país.
Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, al menos 243 palestinos murieron en la Franja, incluidos 66 niños y 39 mujeres. Además, alrededor de 1.900 personas resultaron heridas. Por su parte, las autoridades israelíes confirman doce personas fallecidas, incluidos dos niños, todos civiles con excepción de un soldado.
A continuación, un vistazo a algunos escenarios sobre posibles violaciones al derecho internacional en esta reciente escalada.
Los bombardeos sobre escuelas, hospitales y zonas residenciales en Gaza
En Gaza, una de las zonas más pobladas del planeta con 2 millones de habitantes en una estrecha franja de 365 kilómetros cuadrados, la situación es turbia. Según indicó la Organización Mundial de la Salud, en esta ocasión los ataques aéreos israelíes dañaron al menos 18 hospitales y clínicas.
“No hay ningún lugar para correr. No hay ningún lugar donde esconderse (…) Ese terror es imposible de describir», dijo Zeyad Khattab, un farmacéutico de 44 años que huyó con una docena de parientes en el centro de Gaza después de que el edificio de apartamentos donde vivía fuera derribado.
El director en Gaza de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Matthias Schmale, señaló que al menos tres centros de atención médica fueron arrasados, incluido uno de traumatismos y quemaduras dirigido por Médicos sin Fronteras (MSF). Casi la mitad de todos los medicamentos esenciales se han agotado y varias escuelas fueron alcanzadas por los bombardeos.
“Lo que está pasando es que Israel está atacando objetivos civiles en Gaza (…) Se están cometiendo crímenes de guerra, se ha bombardeado de forma indiscriminada zonas residenciales, campos de refugiados, hay centenares de casas destruidas, hemos visto cómo se han derribado torres enteras con pisos de mucha altura en los que también se han destruido las sedes de medios de comunicación”, aseguró a France 24 Rim Kanaan, cónsul de Palestina en Colombia.
Por su parte, el Ejército israelí respondió que solo apunta a objetivos militares y avisa con antelación antes de disparar contra edificaciones con presencia de civiles para que puedan evacuar. Además, señaló que parte de los cohetes lanzados por Hamas fallan en su objetivo y caen dentro de la misma Franja de Gaza, cobrando vidas de inocentes.
“Cada uno de los objetivos de Israel pasan por un proceso extenso dentro de las instancias profesionales y son solo objetivos militares. Israel no tiene ninguna intención de alcanzar objetivos civiles en la franja de Gaza. Esto sucede porque Hamas es quien actúa dentro de la población civil. Hamas lanza cohetes, hace túneles subterráneos para esconderse y tiene todo tipo de estructuras de armamento dentro de la población civil”, indicó a France 24 el capitán Roni Kaplan, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Amnistía Internacional (AI) afirma que se cometieron excesos por parte de los militares israelíes, pide una investigación independiente y que el Ejército del país entregue pruebas de sus hallazgos. A eso, Kaplan afirmó tener como evidencia “el nombre y el apellido de diez militantes de Hamas cuya posición encontramos dentro de una escuela” para explicar lo ocurrido en un centro educativo que se encontraba desocupado en el momento de un ataque en los últimos días.
“Como ningún otro Ejército, Israel tiene unos protocolos estrictos que son los que más defienden a la población civil del enemigo (…) que incluyen avisar de antemano, eso no es una obligación del derecho internacional, sino que se lo auto impuso el Ejército israelí para disminuir las muertes civiles del lado palestino”, explicó a France 24 el embajador Edwin Yabo, en representación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
Pero en otras acciones, decenas de civiles de Gaza mueren por los bombardeos y en este último capítulo de escalada, como en anteriores, la mayor parte de los muertos está del lado palestino. “Muchos son niños que no tienen nada que ver con Hamas ni con el conflicto”, refutó Kannan.
La proporcionalidad es un asunto clave de evaluación en el derecho internacional, que también se aplica a los ataques individuales, pero los expertos señalan que demostrar que una acción específica es desproporcionada es extremadamente difícil. Habría que saber a qué se dirigió, qué ventaja militar se obtuvo y si excedió el daño infligido a los civiles y la propiedad civil. Eso significa que, en la práctica, es probable que solo se procesen los casos más extremos.
Israel acusa a los militantes en Gaza de operar desde zonas de civiles. “El Ejército israelí, por ejemplo, no tiene arsenales ni almacena material bélico dentro de la población civil, Hamas lo hace constantemente, en la población civil, en escuelas, en mezquitas, en edificios incluso que pertenecen a Naciones Unidas”, dijo Yabo.
No obstante, “en cualquier caso, el Derecho Internacional Humanitario prohíbe cualquier bombardeo sobre población civil independientemente de que haya alguna infraestructura militar, siempre y cuando se vaya a realizar daño a la población civil no se pueden atacar estos lugares”, replicó en conversación con France 24, la directora de UNRWA España, Raquel Martí.
De acuerdo con expertos citados por AP, un fiscal tendría que demostrar que los combatientes colocaron deliberadamente activos militares cerca de civiles para beneficiarse de las protecciones otorgadas a los no combatientes durante la guerra.
“Si Francia invade Suiza, a los suizos no se les prohíbe defender Ginebra, incluso colocando soldados suizos, posiciones de artillería suiza, etc. dentro de Ginebra”, dijo Marco Sassoli, profesor de la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra.
Naciones Unidas estima que hay alrededor de 75.000 personas desplazadas en Gaza, de las cuales 57.000 se encuentran en escuelas de la Agencia de la ONU para refugiados palestinos (UNRWA). Por estos días y en medio de la pandemia del Covid-19, las escuelas administradas por la ONU en el empobrecido enclave se parecen muy poco a lugares de aprendizaje. La ropa se cuelga en líneas de lavado improvisadas, las madres bañan a los bebés allí y las aulas de clase se han convertido en dormitorios abarrotados, con mantas esparcidas por el suelo.
Martí indicó que los enfrentamientos impidieron por días la entrega de ayuda humanitaria, en una situación “de extrema gravedad”, pues no solo se trata de las 57.000 personas desplazadas sino cerca de 1.200.000 personas que la agencia venía alimentando desde antes de la última ofensiva.
El derribo de un edificio que albergaba oficinas de la agencia AP y el canal Al Jazeera
El pasado 15 de mayo, un ataque aéreo de las fuerzas israelíes derribó un edificio de gran altura que albergaba las oficinas de la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), el canal de televisión Al Jazeera, principal medio de comunicación internacional del mundo árabe, y otros medios.
Las alarmas se encendieron ante lo que sería un ataque a la prensa. “El derecho internacional humanitario establece la obligación de respetar a los periodistas civiles asignados a conflictos armados y protegerlos contra cualquier forma de ataque internacional”, define el Comité Internacional de la Cruz Roja.
El Ejército de Israel sostuvo que le dio a los periodistas y a todos los ocupantes de la edificación alrededor de hora y media para desalojar, debido a que asegura que halló una oficina de inteligencia militar y desarrollo de armas de Hamas en el lugar.
Después de la evacuación, los militares atacaron, corroboraron los comunicadores. “Es otro caso concreto en el que Hamas está usando edificios donde está la prensa internacional como escudos humanos”, aseveró Kaplan, quien agregó que las pruebas de este hecho ya fueron entregadas al Ejército de Estados Unidos.
Sin embargo, la directora ejecutiva de AP, Sally Buzbee, dijo que la agencia estadounidense había contado con oficinas en al-Jalaa, la torre afectada, desde hace 15 años y que nunca le habían informado ni tenían indicios de que bienes de Hamas pudieran estar en el inmueble.
“Estamos en una situación de conflicto (…) No tomamos partes en ese conflicto. Escuchamos que los israelíes dicen que tienen evidencia; no sabemos cuál es esa evidencia”, recalcó Buzbee.
Los lanzamientos de cohetes desde Gaza hacia Israel
El lanzamiento indistinto de cientos de cohetes hacia Israel por parte de Hamas y la Yihad Islámica también ha sido claro. El derecho internacional prohíbe atacar a civiles o utilizar la fuerza de forma indiscriminada en zonas civiles. Los cohetes que se estrellan contra bloques de apartamentos paralizando varias ciudades del Estado judío muestran entonces una clara violación.
Las sirenas suenan, las transmisiones de radio se interrumpen, los teléfonos celulares emiten alertas rojas cada pocos segundos y los mensajes de advertencia se emiten en televisión. A veces solo les da a las personas unos segundos para actuar y resguardarse en búnkeres.
Esto se ha convertido en la rutina en grandes áreas del centro y sur de Israel, desde pequeñas ciudades que limitan con Gaza hasta el área metropolitana de Tel Aviv y el sur de Beersheva.
En la ciudad israelí de Ashkelon, Zvi Daphna, un médico cuyo vecindario fue alcanzado por varios cohetes el 16 de mayo, dijo que vivieron momentos de «miedo y horror».
“Que haya menos civiles muertos en Israel es la única varita por la que la prensa internacional mide las cosas, pero es porque hemos invertido miles de millones de dólares en defensa (…) Mientras los cohetes de Hamas son una inversión en muerte, la cúpula de hierro es una inversión en vida”, defendió Kaplan en referencia al sistema desplegado desde 2011 capaz de detectar y destruir cohetes en el aire antes de que impacten en suelo israelí.
Para la cónsul palestina Rim Kanaan hay un “conflicto muy desproporcional”, debido a que “Israel tiene un Ejército totalmente armado, con armas de alta tecnología, Palestina no tiene un Ejército, no tiene derecho a tenerlo, apenas tiene Policía (…) Es por eso que nosotros no lo hemos llamado conflicto, sino que es un genocidio, Israel es una potencia ocupante ejecutando una serie de políticas discriminatorias en contra de la población palestina”, aseguró tras referirse al control de territorios por parte de las autoridades israelíes después de la guerra de 1967.
Al otro lado de la frontera, los civiles palestinos también se encuentran atrapados entre los grupos militantes que disparan los cohetes y el Ejército israelí, lanzando durante días proyectiles aéreos y de artillería.
El embajador israelí Edwin Yabo destacó que su país no solo tiene el derecho sino «la obligación de defender a sus ciudadanos».
Los túneles de Hamas, objetivo del Ejército de Israel
Israel argumenta que tiene derecho a eliminar la amenaza de los cohetes de Hamas, incluida la infraestructura de mando conectada a ellos. Para el Ejército israelí, los túneles cavados por el movimiento islamista son «la columna vertebral» de las operaciones del grupo contra el Estado israelí.
Kaplan señaló que debajo de la Franja de Gaza hay túneles de decenas de kilómetros que Hamas construyó para alcanzar la posición de civiles israelíes y que en la reciente ofensiva el Ejército destruyó al menos 100 kilómetros de esos trayectos subterráneos.
Los ataques que causan víctimas civiles plantean serios interrogantes sobre la proporcionalidad. El domingo 16 de mayo, Israel lanzó fuertes ataques aéreos a lo largo de una vía principal en la ciudad de Gaza, al asegurar que tenía como objetivo la «infraestructura militar subterránea» de Hamas. El bombardeo derribó tres edificios y mató en ese momento a al menos a 42 personas, incluidas 16 mujeres y 10 niños. Un día antes, un ataque sobre un campo de refugiados abarrotado mató a 10 mujeres y niños. Los medios israelíes informaron que el Ejército tenía como objetivo a altos funcionarios de Hamas reunidos en el edificio.
“Cuando nosotros alcanzamos la posición de estos túneles de la franja de Gaza, no sabemos debajo de qué están pasando y no sabemos que van por debajo de las casas de civiles, del living de una persona. Hamas es el que ha construido dentro de la comunidad”, indicó el vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Hamas es considerado un grupo terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países. No obstante, es también el gobierno de facto de Gaza, que emplea a decenas de miles de personas como funcionarios y policías. Entonces, los expertos explican que el hecho de estar conectado con Hamas no necesariamente significa que alguien sea un combatiente.
El Comité Internacional de la Cruz Roja define a un combatiente como alguien con una “función de combate continua” o aquellos que participan en la ofensiva en el momento en que son atacados, una definición ampliamente interpretada.
Los miembros del brazo armado de Hamas rara vez o nunca visten uniformes o se identifican en público y pasan a la clandestinidad tan pronto como comienzan las hostilidades.
Aunque es un conflicto de distintas vertientes, los funcionarios israelíes coincidieron en que el enfrentamiento no es en contra de los palestinos, sino de Hamas y los movimientos de la Yihad Islámica, que, afirman, amenazan con destruir al Estado de Israel. Según ellos, si esas milicias dejaran las armas, eso traería un cese de hostilidades duradero.
Para la cónsul Rim Kanaan, el último estallido no se debe a los enfrentamientos aéreos iniciados desde el pasado 10 de mayo -luego de que Hamas respondiera con cohetes por los cerca de 300 palestinos heridos en las protestas contra las fuerzas israelíes, en medio de un nuevo posible caso de expulsión de familias palestinas en Jerusalén-, sino que recae en décadas de ocupación y opresión de Israel sobre los palestinos. Un eventual fin, afirma, traería estabilidad y paz a la región.
Por lo pronto, distintas voces piden una investigación independiente sobre el último capítulo de escalada para evitar más repeticiones violentas. “Probar y constatar si se han producido crímenes de guerra, que es probable que se hayan producido por ambas partes porque no hay que olvidar que Hamas está lanzando cohetes y que también hay muertos israelíes y centenares de heridos y entre ellos dos niños muertos en sus hogares, en Israel. También puede constituir crímenes de guerra atacar sedes de medios internacionales y locales, atacar hospitales, escuelas y población civil”, resaltó Martí.