Inclusión financiera en Yucatán
Es imperativo implementar estrategias de inclusión financiera en el sector agropecuario para propiciar el interés de desarrollar y consolidar las actividades económicas con estructuras que canalicen eficientemente los recursos financieros de manera rentable
Yucatán es un estado del sureste del país ubicado en la región fisiográfica denominada Península de Yucatán y está integrado por 106 municipios con 2,434 localidades, de las cuales, de acuerdo con datos del Inegi (2020), 2,429 son rurales y sólo 5 están clasificadas como urbanas.
La población total de Yucatán se constituye con poco más de 2.26 millones de habitantes con una Población Económicamente Activa (PEA) total de 1.11 millones de habitantes.
De la población total, el 15.5% se considera población rural y el resto 84.5%, es considerada urbana. El 40.8% de la población vive en condiciones de pobreza, pero el 6.7%, vive en condiciones de pobreza extrema, lo que lleva a ubicar a la entidad con alto grado de marginación (lugar 7), teniéndose 68 municipios con alto grado de marginación.
Derivado de la cercanía con Cancún y la Riviera Maya, se ha generado un crecimiento en la cadena de suministros de todo tipo hacia esos lugares, ocasionando que el 90.1% de la población económicamente activa trabaje en actividades enfocadas a los servicios, comercio e industria y sólo un 9.7% lo haga en el sector agropecuario.
Por lo anterior, es imperativo implementar estrategias de inclusión financiera en el sector agropecuario para propiciar el interés de desarrollar y consolidar las actividades económicas con estructuras que canalicen eficientemente los recursos financieros necesarios de manera rentable y en volumen suficiente para atender al mayor número de usuarios de crédito.
Ante el escenario del segundo 2021, se presentan varios retos en el sector, entre ellos, impulsar el acceso al financiamiento para los productores de los estratos de menor desarrollo con proyectos viables pero que no cuentan o no tienen acceso suficiente al crédito.
Asimismo, está el reto de promover esquemas que incluyan medidas de mitigación del impacto de las actividades agropecuarias en los ecosistemas, donde la inclusión financiera debe orientar hacia la diversificación de la producción agrícola y balancearla con el ingreso en las zonas marginadas y el cuidado del medio ambiente.
Por lo tanto, es indispensable realizar acciones y mecanismos que permitan incrementar la productividad en granos (soya, maíz, sorgo), ganadería bovina, miel, pesca, cítricos, optimizando el uso de los recursos.
Con los mapeos de las diferentes redes de valor como; pulpo, porcino, miel de abeja, bovino carne, fruticultura y financiamiento rural, se han detectado oportunidades de negocios estimándose cerca de 200 millones de pesos (mdp) para 731 empresas y 1,577 productores para estructurar un diseño de esquemas de crédito.
Lo anterior, es materia para incrementar la inclusión financiera y considerar la ejecución en las principales redes de valor, que unan esfuerzos de los diferentes actores con habilidades técnicas y empresariales, a fin de generar mayor valor agregado.
Como ejemplo, se encuentran las redes de miel y cítricos que podrían eventualmente obtener créditos con garantía para las empresas tractoras y medianas de la entidad, y vincular a un mayor número de productores del sector.
*Beatriz Mora Rodríguez es residente estatal de FIRA en Yucatán y Rafael Aldama Alvarado es especialista de FIRA en la residencia estatal Yucatán. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
Fuente: El Economista