Afganistán comenzó a dar sepultura a las más de 60 personas, la mayoría de ellas niñas, que murieron durante una explosión el sábado junto a una escuela. 

A primera hora de la tarde del pasado sábado, al oeste de Kabul, al menos tres explosiones sacudieron al barrio de Dasht-e Barchi wen de la capital afgana, según los medios locales.   

Las investigaciones y testimonios señalan que las explosiones fueron causadas por un coche bomba y dos artefactos explosivos improvisados ​​colocados en la zona. Según datos del gobierno, otras 150 personas, gran parte de ellas también estudiantes, resultaron heridas.    

Una sobreviviente de la masacre, Zahra, contó a periodistas que salía de la escuela cuando ocurrieron las explosiones. “Mi compañera de clase murió. Unos minutos después hubo otra explosión, y luego otra. Todas gritaban y había sangre por todos lados», dijo      .
                       
A las autoridades todavía le quedan incógnitas por despejar y Ningún grupo se ha atribuido de momento la responsabilidad del atentado que tuvo lugar mientras las menores salían de clases y que ocurre en un momento de tensiones en el país, luego de EE.UU. y fuerzas aliadas acordaran la salida de sus tropas.          

Los primeros entierros tuvieron lugar en el «Cementerio de los Mártires», donde los familiares en estado de shock vieron con dolor cómo los cuerpos de las niñas en ataúdes de madera eran depositados en las tumbas, informó la agencia de noticias AFP. «Corrí al lugar y me encontré en medio de los cadáveres. Todas eran niñas. Sus cuerpos estaban apilados uno encima del otro», contó un testigo a esa agencia de noticias.