El primer presidente contagiado en Latinoamérica y su arsenal de medicamentos.
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, dice que los primeros síntomas los tuvo el domingo 14. El lunes 15, participó de un acto público para presentar brigadas que saldrían a buscar casos de COVID-19 a domicilio. Pero «el» caso estaba ahí presente: tras un hisopado el martes, confirmó que él y su esposa estaban infectados. El miércoles fue internado por una neumonía con patrón de vidrio esmerilado en el Hospital Militar de Tegucigalpa y se estima que permanecerá ahí entre 10 y 14 días.
A Hernández no le ha faltado medicación. Previo a la hospitalización, había empezado el esquema MAIZ recomendado en su país para pacientes con síntomas leves: gárgaras de Microdacyn (un antiséptico), Azitromicina, Ivermectina y Zinc. Una vez ingresado al centro médico, recibió el llamado método «catracho», impulsado por el Dr. Miguel Sierra-Hoffman, un médico hondureño radicado en Texas, que incluye Colchicina, Azitromicina, Heparina de bajo peso molecular y antivirales como Remdesivir. También recibió Dexametasona, informó el Dr. Tito Alvarado Matute, infectólogo. «En otras palabras, se le dio anticoagulantes, antiinflamatorios e incluso (medicamentos) para la tormenta de citocinas y ha mantenido la estabilidad” según lo reportado a la prensa de Honduras.