noviembre 15, 2024

Descubren nuevas ciudades Mayas en Yucatán

Tras bombardear la región de Puuc con cuatro billones de rayos láser, William M. Ringle y su equipo han descubierto más de 8.000 estructuras ocultas en su mayoría ocultas por la densa vegetación.

La península de Yucatán es mundialmente famosa por sus ruinas mayas, pues es la zona que ocupó esta antigua civilización durante más de 3.000 años. Sin embargo, a pesar de conocer muchos datos sobre ellos, esta cultura esconde todavía muchos enigmas sobre su forma de vida, su declive, las zonas exactas que ocuparon… Ahora, gracias la tecnología LiDAR (Light Detection And Ranging), los investigadores han conseguido descubrir muchas estructuras ocultas hasta ahora por la espesa vegetación de la zona. Gracias a esta tecnología pionera es posible elaborar un mapa aéreo de la zona con el que no solo identificar nuevos yacimientos arqueológicos, sino también descubrir la evolución urbanística de una zona concreta e incluso conocer como era la gestión de los recursos.
Con el fin de subvencionar la aplicación de esta revolucionaria técnica a la investigación científica se creó en Estados Unidos el NCAM (National Center for Airborne LiDAR Mapping), que ha colaborado con numerosos arqueólogos en el mapeo de extensas áreas repartidas por todo el mundo. En 2017 esta institución seleccionó la región de Puuc para un escaneo, pues era una zona de inmenso potencial que además estaba siendo excavada por el arqueólogo americano William M. Ringle desde hacía veinte años.


EL FUNCIONAMIENTO DEL LIDAR

A bordo de una pequeña avioneta bimotor, el LiDAR sobrevoló durante dos días la jungla de Yucatán a 600 metros de altura, cubriendo un área de 237,23 kilómetros cuadrados. Para obtener unos mejores resultados el vuelo se llevó a cabo en mayo, un mes muy seco en el que habría menos vegetación que interferiera con el láser y obstaculizara el paso de los arqueólogos.

Este tipo de escaneado consiste en lanzar un haz triangular de rayos láser contra el suelo que, tras atravesar la vegetación, rebotan en la roca madre o las estructuras y son recogidos por el aparato. De este modo se registra la distancia exacta entre el avión y el punto de resistencia, con lo que se obtiene un mapa muy detallado de la superfície en muy poco tiempo. Al tratarse de elevaciones de roca artificiales, las estructuras hechas por el hombre sobresalen sobre el terreno circundante.

Una vez terminada la prospección aérea los datos fueron entregados a Ringle, que los ha estudiado y corroborado con excavaciones sobre el terreno a lo largo de los últimos cuatro años. Sus conclusiones, recientemente publicadas en PLOS One, muestran un área densamente poblada con centros urbanos muy juntos entre sí (separados por 4 kilómetros o menos). Entre ellos destacan cuatro grandes acrópolis datadas entre 700 y 450 a.C. que anteceden a las grandes ciudades de Uxmal, Kabáh, Sayil y Labná, consideradas hasta ahora como los mayores asentamientos de la zona.

Asimismo, entre los nuevos complejos identificados por Ringle hay unos imponentes palacios que fueron ocupados entre 600 y 750 d.C., durante el Período Clásico Tardío, junto a multitud de pequeños pueblos repartidos por todo el territorio de Puuc y también algunas canchas de pelota. Del mismo modo el escáner ha sacado a la luz numerosas infraestructuras esenciales para la población: canteras, cisternas de agua, canales de alimentación e incluso algunos caminos.

CASAS Y PALACIOS OCULTOS

Hasta el momento se creía que la región no había sido extensamente poblada hasta el año 600 d.C., pues la mayoría de estructuras identificadas eran de ese período. No obstante el mapa ha desvelado nuevos centros urbanos entre la maleza, que han permitido comprobar que en el siglo VI a.C. ya existían importantes ciudades rodeadas de centros menores dedicados al cultivo de la tierra.

Los edificios localizados se pueden dividir en dos grandes categorías: los construidas sobre una plataforma rectangular de piedra están repartidos por toda la zona, mientras que los levantados sobre un simple montículo de tierra y rocas (apenas un 34 % del total) se agrupan en el área central de las tierras bajas. Ambos tipos se construyeron siempre en los bordes de un patio rectangular, formando así centros urbanos fácilmente identificables desde el aire. En total plataformas y montículos suman 7.902, aunque como veremos más adelante no todos estaban reservados a uso residencial o religioso.

Pese a la presencia de algunas ciudades, estos núcleos urbanos se encuentran repartidos equitativamente por toda la región, con una mayor concentración en el fértil Valle de Santa Elena en el norte. Otro rasgo interesante es la ausencia de murallas y fortificaciones, indicio de una región tranquila que no se vio invadida ni sufrió el azote de la guerra civil, hasta ser abandonada en el siglo X durante el enigmático final del Imperio Maya.

Por lo que respecta a su localización, las poblaciones fueron construidas mayoritariamente en la llanura, ya que solo la mitad de las elevaciones están habitadas y apenas un 11.7% fueron convertidas en núcleo urbano. Esto se pude deber a los problemas de aprovisionamiento de agua que afectaron siempre a la región, que convertían las colinas en lugares extremadamente áridos cuando no llovía.

CULTIVO EN LAS LADERAS

Tras cuatro años de investigación, el descubrimiento que más ha sorprendido a los investigadores ha sido la presencia de terrazas dedicadas al cultivo en la base de algunas colinas. Estas estructuras no tenían precedente alguno en Puuc, por lo que se ha llegado a la conclusión de que eran una respuesta local a los desafíos que presentaba la zona para la agricultura.
La escasez de agua era sin duda el mayor impedimento a la colonización de la zona, pues al estar su sustrato formado por roca caliza de naturaleza porosa, el agua se filtraba directamente a través de ella y no formaba ríos ni lagos de los que pudiera aprovisionarse la población. Así pues, los habitantes del lugar tuvieron que idear algún sistema para almacenar la lluvia de cara a la estación seca.