noviembre 15, 2024

COVID-19, detonador de depresión que vino a quedarse en Yucatán

La plataforma ‘Mérida nos Une’, brinda apoyo sicológico a quien lo necesite

La pandemia por coronavirus (COVID-19) ha venido a ser un detonador de ansiedad y depresión en personas de todo el mundo y tan sólo en Yucatán, al menos 871 personas han tenido que continuar con tratamientos puntuales a través del sistema de salud público, sin contar a aquellas que lo llevan en clínicas particulares.

En esta última semana, la Secretaría de Salud Federal, a través del Sistema de Vigilancia Epidemiológica, registró que en el estado, 668 mujeres y 203 hombres han recurrido a llevar un tratamiento para depresión por parte de servicios públicos en la Secretaría de Salud o el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En dichas cifras, no se refleja el conteo de los servicios particulares y otros más hechos por Asociaciones Civiles, por lo que Patricia Gilí López, presidente del Colegio de Psicólogos de Yucatán, enfatizó que, en este mes, justamente se hará un cotejo para reunir las cifras de todos los sectores que han sumado a la salud mental desde que inició la contingencia sanitaria.

A través de la plataforma “Mérida nos Une”, al menos 25 sicólogos del Colegio en Yucatán realizan  la labor junto con el Ayuntamiento para ofrecer terapia y primeros auxilios sicológicos vía telefónica.

Gilí López explicó que los meses con mayor demanda en servicios sicológicos fueron julio, agosto y septiembre y a pesar de que la demanda ha disminuido actualmente, las cifras no se comparan con las de aquellos meses, ya que en ese trimestre, se brindaban hasta 500 consultas por día.

La presidente del Colegio de Psicólogos expuso que en este periodo, las principales razones de consulta son el miedo al contagio, la angustia, ansiedad, depresión y por problemas familiares.

Dentro de estos últimos motivos de consulta, las personas expusieron que no saben cómo lidiar en periodo de confinamiento con familiares que tienen alguna discapacidad o con aquellos que son adultos mayores. 

“En este periodo de pandemia, se ha desatado la incertidumbre por sobre todo y las cifras han bajado, pero la problemática sigue persistiendo”.

De las 500 consultas que se recibían en promedio cada día, al menos 68 por ciento de las personas que pidieron auxilio, mostraban síntomas de ansiedad; 18 por ciento de depresión y 14 por ciento, incertidumbre por problemas familiares.

El rango de edades que tienen las personas que en Yucatán necesitan atención, va desde los 18 hasta los 80 años, es decir, se ha reflejado un segmento muy amplio en la población de quienes han pedido auxilio para mejorar su salud mental.

Con anterioridad, Guadalupe Terá, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, también dio a conocer datos que muestran que en el país, desde que inició la contingencia por COVID-19, seis de cada 10 personas reportan que no pueden dormir y este padecimiento de insomnio, tiene una alta relación con depresión o ansiedad.