noviembre 15, 2024

China ‘doma’ de nuevo al COVID: reporta cero casos gracias a restricciones ‘radicales’

Entre el 20 de julio y el 23 de agosto se aplicaron pruebas masivas para detectar SARS-CoV-2.

Ha pasado poco más de un mes, y China, una vez más, ha aplastado al COVID-19 reduciendo sus casos locales a cero.

Esta vez fue más difícil, a pesar de que los líderes de la nación más poblada del mundo usaron el mismo libro de ‘jugadas’ que siguieron para sofocar más de 30 brotes anteriores. La llegada de la variante Delta, más infecciosa, ha aumentado las apuestas, ya que el patógeno refina su capacidad para escapar de las aceras y burlar la vacunación. No está claro cuánto durará la victoria.

El modelo de China muestra lo que se necesita para controlar el COVID y plantea preguntas sobre si otras naciones estarían dispuestas, o serían capaces, de seguir los mismos pasos draconianos. Esto es lo que sucedió entre el 20 de julio, cuando surgieron noticias de un grupo de infecciones entre el personal de limpieza del aeropuerto en la ciudad oriental de Nanjing, y el 23 de agosto, cuando China regresó a Covid Zero:

Pruebas masivas repetidas en ciudades enteras
China llevó las pruebas a un nivel sin precedentes durante esta ronda. Las autoridades locales revisaron sus poblaciones repetidamente, una docena de veces en una sola ciudad, para asegurarse de que se controlara hasta la última infección. En total, se administraron más de 100 millones de pruebas. En la ciudad de Yangzhou, algunas personas se infectaron mientras esperaban en la fila para ser revisadas.

Las cuarentenas también jugaron un papel importante. La capital china de Beijing en un momento fue aislada de otros lugares con incluso un solo caso. También cortó trenes y vuelos desde puntos de acceso en todo el país, a pesar de que la ciudad finalmente registró menos de 10 infecciones en el brote de Delta.

Otras regiones introdujeron restricciones radicales, desde prohibir la entrada a personas de áreas de alto riesgo hasta pedirles reducir las vacaciones. La mayoría tuvo que permanecer aislada en casa, una regla que se hizo cumplir estrictamente, antes de regresar al trabajo y la escuela.

Más de 200 vecindarios fueron etiquetados como de riesgo alto o medio, lo que provocó restricciones radicales que interrumpieron vidas y negocios.

Fuente: El Financiero