Chiapas: Periodista denunció agresiones por parte de alcalde
El periodista chiapaneco Víctor Moisés Pérez Hernández, acusó al presidente municipal de Huitiupán de haberlo golpeado y amenazado de muerte el pasado jueves 25 de agosto mientras se encontraba desayunando con su hija.
“Hace unos momentos fui brutalmente agredido por el presidente municipal de Huitiupán, Carlos Mario Montejo Urbina. Pido de la manera más atenta y respetuosa el apoyo de la fiscalía especializada para la atención de periodistas. Vamos a actuar legalmente, para que no siga pasando estos atropellos contra los medios de comunicación en Chiapas”, denunció el periodista en sus redes sociales.
Según medios locales, el comunicador indicó que la agresión pudo deberse a las publicaciones periodísticas que ha realizado en los medios donde labora, en las cuales ha abordado de manera crítica el quehacer político del alcalde morenista, señalando entre otras cosas corrupción y desvío de recursos.
Ante ello, la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE), informó a través de un comunicado que ya se inició una carpeta de investigación por lo ocurrido e indicó que la Fiscalía de Derechos Humanos a través de la Dirección de Atención a Periodistas atraerá el caso.
Agresiones a periodistas y comunicadores en México
La organización internacional Artículo 19 dio a conocer su informe sobre violencia y agresiones sufridas por los periodistas en México durante el primer semestre de 2022.
En él se dio cuenta que, contrario al discurso del presidente López Obrador, el Estado mexicano es el principal responsable de dichas agresiones desde 2007, además de detallar que sólo en los primeros seis meses del año se han registrado 331 casos.
Del las 331 agresiones documentadas, 128 fueron perpetradas por algún agente del gobierno de México, lo que equivale al 38.67% del total. A su vez, los y las funcionarios públicas civiles se ubicaron como los que más ejercieron violencia, en cualquiera de sus variantes, en contra de los comunicadores con 75 casos, es decir, el 22.65% del global.
Entre las violencias retomadas se encuentran el desplazamiento interno forzado, el exilio, discursos estigmatizantes contra periodistas y medios de comunicación, intimidaciones y hostigamientos, amenazas, violencia en línea o digital y la más grave de todas, la letal.
Además, la fuente de corrupción y política representó la de mayor peligro con 168 ataques a razón de su cobertura.
El informe detalló que la Ciudad de México es la principal demarcación federal en donde se cometieron más agresiones. De enero a junio de este año se reportaron 49 casos. A la capital del país le siguieron Yucatán y Michoacán con 30 cada uno, Tamaulipas con 21, y Chiapas con 20, Guerrero y Veracruz con 17.
El organismo reconoce la muerte de 12 periodistas en la primera mitad del año, de los cuales, nueve de ellos se muestran indicios o se relacionan directamente con el desarrollo de la labor profesional.
Organismos internacionales han condenado violencia contra comunicadores
Organizaciones de corte internacional como Reporteros Sin Fronteras (RSF), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), han señalado y condenado la violencia que se ejerce a periodistas y comunicadores mexicanos.
De manera más reciente lo hizo la Unión Europea, junto con Noruega y Suiza, quienes aseguraron que esta situación es una muestra de la creciente violencia e intimidación que impera en México para la labor de la prensa.
También se mostraron preocupados por “la falta de resultados en las investigaciones abiertas para esclarecer los casos de asesinatos de periodistas en México en años anteriores”. Por lo que hicieron hincapié en el llamamiento a las autoridades mexicanas competentes de los niveles estatal y federal para asegurar la protección a los periodistas para que estos puedan llevar a cabo su labor investigativo.
Además de que “lleven a cabo investigaciones expeditas y transparentes con el fin de identificar y juzgar a los responsables para que no haya “zonas de silencio” donde ningún periodista se atreva a trabajar”.