Árboles nativos, idóneos para la reforestación en Mérida
El Ayuntamiento de Mérida cumple con el papel de plantar los árboles, pero los ciudadanos tienen que apropiarse de ellos y cuidarlos, los vecinos que estén cerca de vez en cuando que les echen agua y que cuiden que quienes les dan mantenimiento a los parques no rompan la corteza de los árboles con las podadoras, dice el biólogo Roger Orellana Lanza.
El Ayuntamiento solo no puede, tiene que haber participación de los ciudadanos, apunta.
El doctor Orellana señala que los mejores árboles para reforestar son los nativos.
“El flamboyán tiene un problema: sus raíces no son profundas y, eventualmente, van a levantar la escarpa y ocasionar ciertos daños. Además, debajo del flamboyán no crece nada y sus frutos pueden golpear a los transeúntes”, señala.
Aunque hace ver que el flamboyán tiene presencia en Yucatán desde hace más de 100 años, al igual que en otras zonas, lo ideal es sembrar robles o ramones.
El roble es perfecto porque es muy recto, tiene raíces muy profundas, no rompe escarpas, da sombra todo el año y es muy fresco, subraya.
Piden aporte de la sociedad para cuidar el arbolado
Cuando se habla de árboles o plantas de Yucatán, siempre sobresale el nombre del doctor Roger Orellana Lanza, autor de varios libros, uno de los cuales sirvió de base para la Cruzada Forestal del Ayuntamiento de Mérida.
Su nombre también está ligado al CICY, donde en 1983 fundó el jardín botánico Xiitbal Neek’ (Donde brotan las semillas) que en 2013, cuando se jubiló, pasó a ser el Jardín Botánico Regional “Roger Orellana”.
“Soy biólogo y me dediqué a las plantas. Todo empezó por mi interés particular en las plantas nativas, dándome cuenta de la riqueza cultural y del conocimiento tan profundo que hay aquí en Yucatán”.
Eso le llevó a crear el jardín botánico y a escribir varios libros, entre ellos “Árboles recomendables para las calles de las ciudades de la Península de Yucatán”, en coautoría con Lilia Carrillo y Verónica Franco.
Sobre ese tema, el doctor Orellana, quien en marzo pasado recibió la Presea al Mérito Humano por parte de la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán (Codhey), recomienda que los árboles que se siembren “fundamentalmente sean nativos”.
También dice que deben tener raíces profundas, hojas perennes (que no se caen en época de sequía) y ningún efecto dañino para los humanos “porque algunos producen ciertas toxinas o son muy espinosos”.
También resalta que el Ayuntamiento está sembrando los árboles adecuados, aunque lamenta que iniciada la Cruzada haya venido una sequía y luego la ola de calor.
“El Ayuntamiento cumple con el papel de plantar los árboles, pero los ciudadanos tienen que apropiarse de ellos y cuidarlos, los vecinos que estén cerca de vez en cuando que les echen agua y que cuiden que quienes les dan mantenimiento a los parques no rompan la corteza de los árboles con las podadoras. El Ayuntamiento no puede solo, tiene que haber participación de los ciudadanos”.
El doctor Orellana también habla de los flamboyanes que abundan en la entrada de los pueblos y que son plasmadas por los paisajistas yucatecos.
“El flamboyán tiene un problema: sus raíces no son profundas y, eventualmente, van a levantar la escarpa y ocasionar ciertos daños. Además, debajo del flamboyán no crece nada y sus frutos pueden golpear a los transeúntes”, señala el experto.
Aunque hace ver que el flamboyán tiene presencia en Yucatán desde hace más de 100 años, al igual que en otras zonas tropicales, lo ideal es sembrar robles o ramones.