14 de junio Día Mundial del Donante de Sangre: vitales durante la pandemia por COVID-19.
Washington, DC, – Las donaciones de sangre son más necesarias que nunca durante la actual pandemia por COVID-19, y los servicios de sangre en todo el continente americano están tomando medidas para garantizar que las donaciones continúen de manera segura para los donantes y receptores de sangre, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En un mensaje para el Día Mundial del Donante de Sangre que se celebra cada 14 de junio, la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, dijo: “la sangre más segura proviene de la donación voluntaria no remunerada de personas como usted y yo. La donación es un acto de solidaridad y altruismo, que el mundo necesita ahora más que nunca en el contexto de la pandemia de COVID-19″.
«En el Día Mundial del Donante de Sangre, quiero agradecer profundamente a los donantes de sangre de toda la Región de las Américas por dar el regalo de la vida», sostuvo Etienne.
La Asamblea Mundial de la Salud designó en 2005 el Día Mundial del Donante de Sangre para agradecer a los donantes de sangre y alentar a más personas a donar sangre, y crear conciencia sobre la necesidad mundial de sangre segura y sobre cómo todos pueden contribuir donando.
La necesidad de sangre segura es universal, pero el acceso a sangre segura sigue siendo un privilegio de pocos. La mayoría de los países de ingresos bajos y medianos tienen poca disponibilidad de sangre segura debido a los niveles relativamente bajos de donantes voluntarios y la capacidad de recolección de sangre. A nivel mundial, el 42% de la sangre se recolecta en países de altos ingresos, que albergan solo al 16% de la población mundial.
El Día Mundial del Donante de Sangre es un llamado a la acción para que los gobiernos, las autoridades nacionales de salud y los responsables de los servicios de sangre proporcionen recursos adecuados y establezcan sistemas e infraestructuras para aumentar la recolección de sangre de donantes de sangre voluntarios y no remunerados; proporcionar atención de calidad a los donantes; promover e implementar el uso clínico apropiado de la sangre; y establecer sistemas de supervisión y vigilancia en toda la cadena transfusional.